En 1819 destacó
en los Juegos Florales de Toulouse y fundó el Conservateur littéraire,
junto con sus hermanos Abel y Eugène, pero su verdadera introducción en
el mundo literario se produjo en 1822, con su primera obra poética: Odas y poesías diversas. En el prefacio de su drama Cromwell
(1827) proclamó el principio de la «libertad en el arte», y definió su
tiempo a partir del conflicto entre la tendencia espiritual y el
apresamiento en lo carnal del hombre.
Victor Hugo en 1827
Pronto considerado como el jefe de filas del Romanticismo, el virtuosismo de Victor Hugo se puso de manifiesto en Las Orientales
(1829), que satisfizo el gusto de sus contemporáneos por el exotismo
oriental. La censura de Marion Delorme retrasó su aparición en la escena
teatral hasta el estreno de Hernani (1830), obra maestra que triunfó en la Comédie Française.
En
1830 inició una fase de singular fecundidad literaria, en la cual
destacaron, además de distintos libros de poesía, su primera gran
novela, Nuestra Señora de París, y el drama Ruy Blas. En 1841 ingresó en la Academia Francesa pero, desanimado por el rotundo fracaso de Los burgraves,
abandonó el teatro en 1843. La muerte de su hija Léopoldine, acaecida
mientras él estaba de viaje, sumada al desengaño por la traición de su
esposa con su amigo Sainte-Beuve, lo sumieron en una honda crisis.
Entregado
a una actividad política cada vez más intensa, Victor Hugo fue nombrado
par de Francia en 1845. Pese a presentarse a las elecciones de 1848 en
apoyo de la candidatura de Luis Napoleón Bonaparte, sus discursos sobre
la miseria, los asuntos de Roma y la ley Falloux anticiparon su ruptura
con el Partido Conservador. El 17 de julio de 1851 denunció las
ambiciones dictatoriales de Luis Napoleón y, tras el golpe de Estado,
huyó a Bélgica. Si bien es cierto que no publicó ninguna obra entre 1843
y 1851, concibió su novela Los miserables y compuso numerosos poemas que aparecieron posteriormente.
En
1852 se instaló, con su familia, en Jersey (Reino Unido), de donde pasó
en 1856 a Guernesey. Allí permaneció, en su propiedad de
Hauteville-House, hasta 1870. Republicano convencido, denunció sin
tregua los vicios del régimen conservador de su país y en 1859 rechazó
la amnistía que le ofrecía Napoleón III.
Les miserables! El mejor!
ResponderBorrarHermosas entradas! Seguí así!
Saludos desde Argentina.
*Camila